Tema comuniones 3/10

Vamos a ver.

Esto de las comuniones es un pequeño circo, ¿verdad?

El traje, el peinado, los zapatos, la abuela con el “ponte algo más recatado” y tu niña pidiendo un vestido “como el de la princesa que sale en TikTok”.

No falla.

Y ahí estás tú. Entre el “que sea especial” y el “que no se me dispare el presupuesto, que no somos los Beckham”.

Pero espera.

Te voy a dar un consejo que vale más que los cientos de euros que algunas se gastan en decoraciones que a nadie le importan:

Cuando pienses en el vestuario para las fotos de comunión, piensa en ella.

No en lo que dice la tienda de turno, ni en el modelito que vio en Instagram la prima del vecino.

Piensa en cómo se sentirá cómoda. Segura. Natural.

Porque, al final, las fotos no son del vestido.

Son de sus ojos brillando de emoción. De su sonrisa sincera (sí, la que pone cuando no está pensando si el velo le queda bien o no).

Todo eso que las madres solemos complicar con mil accesorios que, seamos honestas, ni en diez años queremos recordar.

Deja que sea ella. Que el vestido no le robe protagonismo. Que todo fluya, que nada quede impostado, que nada la incomode.

¿El resultado? Fotos que te emocionen hasta cuando el blanco del vestido ya sea un sueño lejano.

Y hablando de fotos que emocionan…

Si quieres unas imágenes que vayan mucho más allá de lo típico (y donde realmente destaque todo lo que hace que tu niña sea ella), es momento de dar un paso más.

Tienes algo especial esperándote.

Pero solo si te atreves.

Hazlo fácil. Hazlo inolvidable.

El resto es solo ruido.

Elige autenticidad.
Te espero.