“Aceptación” es bailar con la vida, suene la música que suene, es disfrutar felices por el hecho de PODER bailar.
Tal vez lo nuestro sea el Rock and Roll, pero podemos descubrir la belleza de una rumba. Es posible que nuestra especialidad no sea el vals, y si la orquesta de la vida toca una conga, podemos aceptarlo, bailarla y DISFRUTAR con ella. Mientras tanto vamos a aprender MUCHO y ya llegará nuestro ritmo favorito, o no. En el fondo qué importa eso, lo importante es vivir el BAILE, y bailar la VIDA.
Toca aceptar porque es aprender, aprender porque nos lleva al crecimiento, crecer como vía hacia la independencia y la independencia como camino para ser libres. Sólo desde ahí podremos vivir la vida.
A lo largo de los años, y a lo largo de mi vida he aprendido muchas cosas. Pero la más importante, sin duda, ha sido la de aceptar a cada persona por cómo es conmigo, como me trata, como me hace sentir, si soy mejor persona cuando estoy a su lado, si me enseña a evadirme de mis pensamientos, si se alegra de mis alegrías, y se entristece con mis desgracias.
He pasado, como todo el mundo, por situaciones en la vida, difíciles, y nunca me he rendido.
Solamente me he rendido con una, conmigo misma.
Un día decidí que no tenía por qué seguir un patrón. No tengo por qué ser la chica perfecta con el cuerpo perfecto que todos esperan.
Así que decidí ser yo misma. Con mis defectos y mis kilos de más, que tantas lagrimas me han hecho derramar, simplemente por no ser «igual» que el resto.
He sido rechazada socialmente, al igual que muchas personas no son aceptadas por su condición física, porque nadie quiere estar «con la gorda». Pero a toda esa gente le agradezco que no esté en mi vida, porque no la necesito y lo más importante, no la quiero en ella.
Por el contrario, me he encontrado con gente maravillosa que día a día me hacen ver lo bonita que soy, por dentro, y por fuera.
Con esto no tengo otra intención que apoyar a las personas que al leer esto se sienten identificadas, y sobre todo, recordarles que esto no es una excusa para tirar la toalla. Simplemente quiero ayudar de alguna forma, a que la sociedad abra un poquito la mente, porque estoy muy harta de comentarios superficiales.
La felicidad, en mi caso, está en aceptarse, y querer mejorar, día tras día. Pero no hace falta amargarse la vida por un par de michelines.
La actitud como forma de vida.
La sonrisa como complemento perfecto.
