La comunión perfecta

(O cómo me pagas las vacaciones con mis hijos)

Voy a ser directo.

No acepto más de 20 comuniones al año.

¿Por qué?
Porque después de pagar al de Hacienda, al impresor, al de los álbumes y hasta al bar donde me tomo un café antes de disparar, esas 20 comuniones me dan justo para irme con mis hijos de vacaciones. Así de simple. Así de claro.
Y no necesito más.

No vivo de esto. Me salen fotos apañadas y la gente me pide que les haga yo las de la Comunión de sus hijos e hijas. Así que por eso hago fotos de comunión.

Y aquí viene lo bueno: las fotos son gratis.

¿Y lo que te cobro?
Las horas que no paso con mis hijos porque estoy haciendo que el tuyo salga guapísimo, elegante y natural. Porque sí, la naturalidad vende más que un filtro de Instagram, y las sonrisas auténticas valen más que cualquier vestido caro.

¿Por qué conmigo y no con la fotógrafa de al lado?

Buf, no lo se.
Tú sabrás, y mira que hay fotógrafos y fotógrafas en mi zona. Hasta más pijas y guapas que yo.

Pero si te voy a decir lo que yo hago.

Para empezar, el día que sean tus sesión, van a ser tus fotos, bueno, tuyas no, de tu hijo/a.
Yo no tengo las sesiones una detrás de otra; no sois churros a los que sacaros los cuartos.
Vamos a estar esa tarde haciendo fotos todo el tiempo que sea necesario, mis sesiones terminan cuando se terminan. Ni reloj, ni prisas.

Y otra cosa, me gustan los críos. Durante 10 buenos años de mi vida fui monitor de tiempo libre. Excursiones, campamentos, etc…, así que sé manejarme con ellos y tengo paciencia.

También sé cocinar, sé de bricolaje, y sobre todo sé cómo arreglármelas para sacar una sonrisa incluso al niño más tímido.

Lo que obtienes

Ahora te voy a contar alguna cursilada para terminar de convencerte.
Te llevarás recuerdos con alma, fotos que no acabarán olvidadas en un cajón. Nada de poses forzadas, nada de fondos cutres. Esto es arte para que dentro de 20 años mires esas fotos y digas: «¡Qué día tan increíble fue aquel!».
¿Qué tal lo he hecho?

Un trato: si tú inviertes en recuerdos, yo invierto en mi familia

Lo que pago con tu dinero son las horas que paso jugando con mis hijos en verano. Así que te prometo que cada euro valdrá la pena para ambos, voy a esforzarme al máximo. Que cada sonrisa de tu peque será cuidada, inmortalizada y tratada con la atención que merece.

Si quieres fotos baratas, busca en otro sitio.
Si las quieres más caras, te puedo facilitar un par de teléfonos; en serio, estaré feliz si tu lo estás.
Si me quieres a mi, mándame un mensaje.

Pero no te lo pienses mucho: recuerda que solo hago 20 comuniones al año.

Elige cómo quieres recordarlo. Eso es lo que ofrezco.

¿Te apuntas?

Abel Cerezo
Tu fotógrafo, pero con límites. Porque mi familia también importa.